PIES PARA QUÉ OS QUIERO! (II)
Los pies… Ay, los pies! Qué lejos nos quedan de los ojos y, por ello mismo, cuán poquito cuidamos de ellos! Tendemos a olvidarlos, a darlos por supuestos, a pensar que pase lo que pase ellos siempre van a estar ahí, “al pie del cañón” y “dando el callo”… Pero no, qué va. A veces los pies nos necesitan tanto como nosotr@s a ellos; a veces ellos también reclaman nuestra atención y ayuda, y lo hacen desarrollando diversos trastornos que, normalmente, nos avisan de que algo va mal por ahí abajo de la forma más contundente que existe: Con DOLOR. Y qué malo es que te duelan los pies…!!!
El dolor de pies condiciona nuestra vida diaria hasta un punto extremo. Nos impide realizar las actividades que nos gustan, nos amarga las horas de trabajo y también las de ocio, y definitivamente hasta nos agria el humor. Quien padece algún dolor siempre dirá lo mismo del suyo, sea el dolor que sea, pero cuando hablamos del dolor de los pies no hay discusión posible: Es uno de los dolores más terribles que se pueden padecer.
Pero, qué puede hacer que los pies nos duelan? Cuáles son las causas más habituales de este dolor? Y para consolarnos, qué podemos hacer para aliviarlo?
Es amplio y muy variado el catálogo de afecciones que pueden causar dolor a nuestros pies. Vamos a centrarnos aquí en las más comunes de ellas:
PIES PLANOS:
Nos dice Wikipedia que PIE PLANO (PES PLANUS o ARCOS VENCIDOS) “es un término de uso común que se refiere a una enfermedad caracterizada por el colapso del arco del pie, ocasionando que toda o casi toda la superficie de la planta tenga contacto con el suelo” o dicho en castellano llano, que denominamos así a los pies cuyas plantas no están arqueadas sino que, por el contrario, son lisas y tocan el suelo con toda su superficie.
A quién puede afectar este trastorno? Se calcula que, grosso modo, un 20% de la población mundial lo padece, en mayor o menos grado, con más o menos perjuicio. Se trata de una dolencia que antaño se creía común en la infancia y que erre que erre se trataba de corregir con remedios ortopédicos etc. Hoy tenemos confirmado que sí es muy común, en efecto; común, tan común que puede decirse que hasta los cuatro o seis años aproximadamente la mayor parte de l@s niñ@s tiene los pies planos! Esto es debido a que hasta esa edad el arco plantar no está del todo desarrollado, se está formando progresivamente, y suele quedar oculto por una gruesa capa de grasa (“grasa de bebé”, dicen) Así pues, no es en absoluto necesario tratar de remediar estos “falsos pies planos” que no son, en realidad, más que pies “normales” en construcción. Lo que sí que puede ser interesante es tratar de apoyar ese proceso constitutivo del pie ofreciendo a l@s niñ@s la posibilidad de andar descalz@s sobre diferentes superficies (arena, gravilla, hierba…), de jugar a andar sobre las puntas y sobre los talones alternativamente, etc, ejercicios todos ellos destinados a ejercitar el conjunto de músculos, tendones y ligamentos que formarán el pie adulto definitivo, con su arco plantar normalmente formado. Tendemos de hecho a pensar que para los bebés que dan sus primeros pasos es recomendable un calzado grueso, duro, con suelas robustas y que les mantengan de pie casi sin esfuerzo… pero no, qué va, al contrario: Lo ideal sería facilitar la movilidad total de estos pequeños pies utilizando zapatitos lo más finos, flexibles y ligeros posibles; zapatitos que imiten lo más y mejor posible la experiencia óptima de andar descalzos. Zapatitos como éstos:
(ZAPATITOS PARA BEBÉS PITTER PATTER.)
Cuándo los PIES PLANOS constituyen realmente una patología para la población infantil? Habrá que tener cuidado y obrservar si, una vez pasado ese periodo de formación del pie, esto es, una vez cumplidos los 5 ó 6 años, nuestros peques se quejan de dolor o de cansancio excesivo en los pies, si caminan de forma extraña, si chocan mucho las rodillas al andar y esto les lleva a caerse con frecuencia… Tendremos en cuenta también, ya que estamos hablando de una dolencia de carácter genético, si presenta PIES PLANOS alguno de sus progenitores y de ser así, de presentarse alguna o algunas de estas circunstancias, podremos sospechar que se trata de unos PIES PLANOS “reales” y, entonces sí, será el momento de buscar una solución al trastorno. Dicha solución pasará en la mayoría de los casos por el uso de plantillas a medida y/o calzado especial, ya sea como recurso temporal hasta que el arco se forme, o de manera permanente si éste ya no se va a poder formar.
(PLANTILLAS PARA PIES PLANOS)
(ZAPATO DEPORTIVO INFANTIL CLEMEN-SALUS)
Diferentes consideraciones ha de merecernos el PIE PLANO cuando se trata de adultos:
“El PIE PLANO también puede desarrollarse en adultos como consecuencia de heridas, enfermedades o esfuerzos inusuales o prolongados sobre el pie, inconvenientes en la biomecánica o como parte de procesos normales de envejecimiento. (…) También puede desarrollarse en embarazadas como consecuencia de cambios temporales, producto del aumento en los niveles de elastina (elasticidad) durante el embarazo. Sin embargo, si se desarrolla durante la adultez, el PIE PLANO permanecerá plano en forma permanente.” En estos casos, en los que el arco plantar definitivamente no se ha formado y ya es prácticamente imposible que se forme (los músculos de un pie ya formado no van a desarrollarse y a crecer para crear un arco “nuevo” por mucho que se les someta a ningún entrenamiento…), también van a resultar muy útiles tanto las plantillas, que crearán un arco artificial en la planta del pie, como el calzado especial. No obstante, estos remedios se utilizarán solo en los casos en los que los PIES PLANOS causan dolor a quien los padece; y, afortunadamente, esto no ocurre en todos los casos! En muchas ocasiones, los PIES PLANOS no causan ninguna molestia y no es necesario utilizar medidas correctivas. En otros casos, no obstante, también es justo señalar que las molestias pueden ser tales que haya que considerar la cirugía como una opción para solucionar el trastorno… No obstante, esto suele ocurrir principalmente en los casos en los que los PIES PLANOS son debidos a otras enfermedades graves e incapacitantes como la poliomielitis, diversas lesiones de la médula espinal…
PIES CAVOS:
La otra cara de la moneda: Un PIE CAVO es aquél que tiene un arco muy alto, muy pronunciado, tanto que cuando uno se pone de pie o al caminar, debido a este arco alto, se deposita una excesiva cantidad de peso en la parte delantera de la planta del pie y en el talón. Este trastorno puede manifestarse acompañado de una diversidad de signos y síntomas, tales como dolor, inestabilidad (caídas frecuentes…) y puede desarrollarse a cualquier edad, tanto en ambos pies como en uno sólo.
Los PIES CAVOS pueden venir causados, y de hecho así ocurre con gran frecuencia, por algún problema neurológico previo, como es el caso de una parálisis cerebral, la enfermedad de Charcot-Marie- Tooth, espina bífida, polio, distrofia muscular o apoplejía. En otros casos, no obstante, son sencillamente una anomalía estructural que puede además ser hereditaria. Determinar si la causa es de uno u otro rango es importante a la hora de tratar los PIES CAVOS, ya que dependiendo de ello nos encontraremos con un pronóstico u otro para el futuro: Si el PIE CAVO se debe a problemas neurológicos casi seguramente empeorará con el tiempo; en los otros casos puede no haber un empeoramiento en lo que a la sintomatología se refiere (dolor, molestias, etc…), pero es poco probable que se logre un cambio significativo de apariencia.
Y, cuál es la sintomatología típica de un PIE CAVO? Pues podemos hablar de lo siguiente:
-Dedos en martillo (dedos del pie flexionados) o bien en garra (apretados como un puño), dolorosos en ocasiones.
-Callosidades en la parte delantera de la planta o talón del pie.
-Dolor al estar parado y/o al caminar.
-Pie inestable debido a la inclinación del talón hacia dentro, lo cual puede provocar torceduras de tobillo (cuando al pie cavo se le asocia un varo de pie)
Para solventar estos problemas, existen diferentes tratamientos entre los cuales los más utilizados son los dispositivos ortopédicos (plantillas, etc. que, colocados dentro del calzado proporcionan estabilidad y amortiguación al pie), las modificaciones del calzado (hormas altas, tacones anchos…) o el calzado especial que también aumentan la estabilidad y el soporte, y ciertos tipos de ortesis, aparatos ortopédicos que cumplirían la misma función. En los casos más graves en los que estos remedios no resultan eficaces, (normalmente los casos antes mencionados y relacionados con enfermedades neurológicas etc…) puede tener que recurrirse a la cirugía.
(...continuará...)