Ya sean por caídas y fracturas inoportunas, por un desgaste artrósico o por cualquier otra patología, las operaciones de cadera están a la orden del día entre nuestros mayores. Se trata de una cirugía bastante común y popular y, afortunadamente, no demasiado compleja; eso sí, el periodo de recuperación que implica suele hacerse laaaaaaargo para los pacientes, es pesado y, además, se les presenta en muchas ocasiones lleno de incógnitas y de quebraderos de cabeza.
"-Y ahora, ¿cómo voy a poder andar con esta prótesis?", "-¿Qué postura será la más recomendable a la hora de dormir?", ¿"-¿Cómo voy a arreglármelas en la ducha?", ¿Qué tipo de asiento será más adecuado para usar en este tiempo?" ...
Raro es el día que no tenemos a alguien en la tienda planteándose y planteándonos estas cuestiones. Es por ello que hoy nos animamos a recopilar en unas pocas líneas una serie de consejos muy básicos, una serie de recomendaciones prácticas que, creemos, podrán ser de gran utilidad para l@s aperad@s y también para aquellas personas encargadas de su cuidado postoperatorio.
Hay varios puntos primordiales que deben quedar claros desde el principio:
-No rotar la cadera.
-Evitar flexionar la pierna operada.
-No doblarse por la cintura hacia delante.
-No cruzar las piernas.
-No cargar el peso del cuerpo sobre la pierna en recuperación.
Dicho esto, veamos cómo aplicar estas reglas a la vida diaria, a las situaciones cotidianas del día a día; es decir, cómo funcionar de la manera más normal posible en el periodo de recuperación de una operación de cadera.
¿Cómo me siento?
Cuidando de mantener siempre en caderas y rodillas un ángulo exacto de 90 grados.
Aquí tan importante como el cómo es el dónde, puesto que para mantener esta postura correcta la silla ha de tener una altura muy determinada: La suficiente para que las rodillas no queden nunca por encima de la línea de las caderas, la justa para evitar que queden por debajo. Es importantísimo pues que la altura de la silla sea la adecuada a la persona concreta que la va a utilizar, y esto muchas veces solo se consigue cuando se usa una SILLA REGULABLE en altura.
También es aconsejable que la silla sea rígida y robusta, y que cuente con un respaldo alto y unos buenos reposabrazos. Esto la harán más confortable y, además, ayudarán al/la paciente a la hora de sentarse y levantarse, pues ambas acciones han de acometerse utilizando la fuerza de los brazos y de la pierna sana, nunca de la pierna operada que, además, ha de mantenerse estirada...
Y hablando de confort y comodidad, no está de más hacerse con un cojín que, respetando la postura erguida que el/la paciente ha de mantener en el asiento, amortigüe un poco la rigidez del mismo.
¿Cómo me tumbo?
Es ideal descansar boca arriba y con las piernas estiradas.
Para mantener esta postura correcta y evitar el riesgo de cruzar las piernas durante el sueño, una buena idea es utilizar una almohada o un COJIN TUBULAR entre las mismas.
Es importante recordar que a la hora de acostarse se debe proceder igual que al sentarse: Retroceder hasta notar que la pierna sana roza la cama y sentarse en ella dejando la pierna operada estirada, apoyando el peso del cuerpo sobre los brazos y la pierna sana; después, girar el cuerpo en bloque, sin rotar la cadera, y tumbarse con cuidado. Y para levantarse, haremos el camino a la inversa cuidando mucho de no inclinar el cuerpo hacia delante.
¿Cómo me apaño en el baño?
Quizás el momento más delicado a este respecto sea el de la ducha... Es importante prestar atención a la postura a la hora de entrar y salir en la ducha/bañera y hay que cuidar especialmente la calidad del material antideslizante del suelo de la misma. Si es posible, lo ideal es que el aseo del paciente se realice sentado (existen sillas especialmente pensadas para utilizar dentro de la ducha, como la que veíamos en la fotografía de más arriba!) y es muy recomendable faciliatarle al mismo, siempre, las ayudas necesarias para que pueda valerse por sí mismo en esta situación particular: ESPONJAS DE MANGO LARGO para poder lavarse sin doblar el cuerpo, calzadores y ponemedias especiales que le ayuden a vestirse una vez terminado el aseo...
En cuanto al inodoro, teniendo en cuenta que los sanitarios suelen ser siempre asientos más bien bajos, conviene adaptarlos a las necesidades posturales del paciente utilizando ELEVADORES especialmente diseñados a tal fin.
¿Cómo voy a poder caminar?
Caminar va a ser precisamente uno de los ejercicios más recomendables a la hora de recuperarse tras la operación. Bien sea ayudado por un ANDADOR o directamente con MULETAS, va a ser fundamental adquirir un buen hábito y un ritmo correcto:
1-Adelantar el andador (bien centrado) o los bastones a la distancia de un paso normal
2-Avanzar primeramente la pierna operada, manteniendo estirada.
3-Apoyándose en el andador y lo menos posible en la pierna operada, adelantar la otra pierna
Un hándicap especial lo consituyen las escaleras. Es posible subirlas y bajarlas con ayuda de bastones, recordando siempre que la secuencia correcta será pierna sana primero-pierna operada después a la hora de subir y, por el contrario, pierna operada primero-pierna sana después en la bajada.
Estas pueden ser unas primeras y muy básicas recomendaciones, aunque siempre habrá situaciones especiales que requerirán recomendaciones más concretas y específicas también. Si es tu caso, no dudes en consultarnos; en Zurezain, ya lo sabes, estaremos siempre encantados de poder ayudarte...
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